3 DE febrero DE 2025
Pedro Fernández, director Técnico de SOS Rural
La edad media de los agricultores españoles es de 62 años. ¿Qué impacto cree que tendrá este envejecimiento en el futuro de la agricultura española en los próximos 10 años?
Ya lo estamos viendo. Es muy difícil implementar las nuevas tecnologías en el campo, tan necesarias para tener una agricultura mejor y más dinámica, si este sector tiene una edad media tan elevada. No rejuvenecer el campo es sinónimo de quedar fuera de los avances tecnológicos, lo que supone su inevitable abandono.
SOS Rural destaca que casi el 70% de los agricultores activos en España estarán jubilados en una década. ¿Qué medidas urgentes considera que deben tomar las administraciones para afrontar esta situación y garantizar la continuidad del sector agrícola?
Hay que declarar la agricultura como actividad estratégica, de vital importancia y que las tres administraciones nacionales, más Bruselas, trabajen conjuntamente y alineadas. ¿Para qué? Pues para combatir la incertidumbre, que es el principal enemigo del campo. Estamos hablando de una permanente hiperregulación legislativa, ya que cada administración va por su lado y, muchas veces, en sentidos opuestos, en definitiva, no existe un horizonte claro. Da la sensación de que todo es improvisación y alentado por modas pasajeras.
Asimismo, es imperativo poner en valor la figura del agricultor para protegerlo. Hace falta generar certidumbre entre las administraciones públicas, resaltando el papel que juega el agricultor como garantista de la salud y del medio ambiente. Se construirán así los primeros pilares para que los hijos de los agricultores piensen que es un trabajo muy digno.
Hace falta un plan a diez años que ponga la agricultura en el centro, una estrategia que evidencie la necesidad estratégica de la agricultura para el país, para el continente y que permita dejar de criminalizar al sector.
La plataforma SOS Rural pone en duda la eficacia de las políticas actuales basadas en subvenciones a los jóvenes agricultores. ¿Cuál cree que es la raíz del problema que lleva a que los jóvenes no quieran seguir con la actividad agrícola?
El origen del problema está en la falta de ilusión. Ha calado el mensaje procedente de administraciones, grupos ecologistas, etc., de que el agricultor es un esquilmador de recursos naturales. Y nada más lejos de la realidad. El único garante de la compatibilidad del sector agrícola con el medio ambiente es el agricultor, ya que para él es una necesidad y no una excusa. Esta pérdida de ilusión, unida a las excesivas cargas legislativas y burocráticas, han sido las gotas que han colmado el vaso. Proteger no es abandonar.
Por lo tanto, la persecución al agricultor es la raíz de la falta de relevo generacional en el campo. Sólo respetando la figura del agricultor podremos construir un futuro mejor.
Con solo un 8% de los agricultores españoles menores de 41 años, ¿cómo podrían las políticas públicas fomentar un verdadero relevo generacional en la agricultura sin depender únicamente de ayudas económicas? ¿Cómo cree que la administración debería colaborar más estrechamente con los agricultores para asegurar que el sector agroalimentario continúe siendo rentable y respetado por la sociedad?
Evidentemente, administrador y administrado deben trabajar conjuntamente como un engranaje perfecto. No el administrador en contra del administrado. Si trabajamos conjuntamente, la administración podrá identificar sus necesidades y podrán implementarse las mejores soluciones posibles.
No hay ninguna duda de que la agricultura en España puede ser la mejor del planeta, pero para eso hace falta dotarla de herramientas, de facilidades, para que el sector agrícola sea un receptor de trabajadores y de talento. Se trata de que, si los hijos de los agricultores no se quieren dedicar a esta actividad, otros jóvenes sí puedan ver el campo como una alternativa atractiva, ya que te permite trabajar y vivir en contacto con la naturaleza y no rodeado de hormigón.
El problema de la Administración es que considera al campo un empleo y en realidad es un modo de vida. Si no comprendemos ese concepto tan sutil, pero tan emocional, es imposible resolver los problemas del sector primario.
El envejecimiento del sector agroalimentario también afecta a la "España vaciada". ¿Qué papel juega el rejuvenecimiento del campo en la revitalización de estas zonas rurales y cómo puede contribuir a la reducción de la despoblación?
Todos los problemas están entrelazados: el problema del campo, la España vaciada, los problemas de la vivienda, etc. Hay una migración neta del campo a las ciudades. ¿Cómo se puede resolver? Primero, incorporando nueva tecnología en el mundo rural para que, con las facilidades que hay en la actualidad, mucha gente pueda trabajar desde el campo. La España vaciada no se resuelve con los turistas de los fines de semana. Se necesita un plan agrario, un plan rural, donde la figura central sea el agricultor.
¿Quién va a llenar el campo? ¿Los urbanitas? Lo lógico es que sean los agricultores y que éstos, decidan asentarse en el campo y que vean nuevas oportunidades. Esto generará viviendas más asequibles y que se rebaje la presión en las urbes. Los jóvenes necesitan encontrar alternativas y nuevas oportunidades y el campo debe ser una gran oportunidad laboral, familiar y de vida. Una nueva forma de vida.
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